PRENSA - Teatro del Abasto
Crítica Teatral
REPORTAJE a Norma Montenegro

"Teatros independientes” de Capital Federal. La mayoría de las salas no está en ninguna de las dos asociaciones. Cuando surge toda la locura post-Cromañón, nos juntamos en plenario general como autoconvocados, para hacer frente a este tema en particular y para nuclear los teatros independientes frente a la Secretaría de Cultura.


CT. ¿Cuál es el problema concreto?

NM: El problema fundamental es que hay un agujero legal. En el año 2000 salió el nuevo Código de Planeamiento Urbano, donde no figuran los teatros independientes, como tales, es como si se hubiesen obviado las panaderías.

La última reglamentación que hay para el teatro independiente es de 1987, está norma cayó en desuso, entonces no hay una normativa que los encuadre.


CT. ¿Cómo puede ser que se halla dejado esta actividad sin normativa específica?

NM. Hay un vacío legal. Los teatros querían hacer el trámite de habilitación y le decían que no existe la figura y que habilite como “club de teatro”, que es una figura que aparece por allí. Hay salas que tienen trámites desde hace siete u ocho años. De las 170 salas que hay, sólo hay 5 o 7 habilitadas como teatro independiente, son las que lograron, en su momento, encuadrarse en la ley de 1987.

Cuando surge el tema Cromañón y empieza toda la locura de verificaciones e inspectores, que no sabían muy bien que era lo que tenían que inspeccionar (a Belisario le pidieron máquina expendedora de preservativos en los baños y al teatro Concert, un telón anti fuego, que lo tiene únicamente el Teatro Colón), nos abroquelamos. Ya antes, previendo esto, ATI había convocado a un plenario; y entre la convocatoria y el día del plenario, se cerraron dos salas: Concert y Belisario. Y ahí empezamos a trabajar.


CT. ¿Qué se logró?

NM. En concreto, se logró poner en contacto con el Secretario de Cultura. En realidad, fue el quien se contactó con nosotros y empezamos a trabajar juntos. Modificar el Código de Planeamiento iba a llevar mucho tiempo y nosotros teníamos urgencia por solucionar el problema de las salas, entonces llegamos a un acuerdo de modificar el decreto que reglamenta los “Clubes de teatro”, creando una nueva figura que se llama “Club de cultura”. Se aggiornó el decreto de 1987 y el 2 de marzo de este año se firmó el Decreto de Necesidad y Urgencia Nº 3 (DNU) que es el que reglamenta los clubes de cultura, que es el nuevo nombre que tenemos los teatros independientes hasta tanto salga la ley.


CT. ¿Cuáles son los puntos más importantes del DNU?

NM. En principio, todas las salas inscriptas en Proteatro pasan automáticamente a un registro del DNU y se inscriben todas las demás. Luego, el tema de seguridad: las cantidad de matafuegos, el metraje de los pasillos, el metraje de las puertas de salida, capacidad de sala y el botiquín de emergencia. Y lo más importante es que le da 180 días a la Legislatura, a partir del 3 de marzo, para hacer una nueva ley.


CT. ¿Cómo va a ser el seguimiento de la evolución del proyecto en la Legislatura?

NM. Hay dos líneas de proyectos, la Legislatura va a trabajar sobre un proyecto que tienen y es previo a todo esto, que está en la Comisión de Cultura y lo estaba trabajando Florencia Polimeni, del bloque macrista. El ejecutivo también va a hacer un proyecto de ley y el “Movimiento teatral independiente” nombró su comisión de delegados para trabajar con los dos proyectos. La idea es que las cosas se hagan en conjunto porque los técnicos no tienen la menor idea de lo que estamos hablando.


CT. ¿Qué pasa con Belisario? Todavía no puede funcionar...

NM. No sé que más le pueden pedir a Belisario. Esto es una decisión política, el jefe de inspectores, que dé la orden de inspeccionar a Belisario, porque ya está dentro del registro del DNU y cumplió con todo lo requerido.


CT. Cambiando de tema ¿cómo viene este año tu sala?

NM. Tengo sobre la mesa 29 proyectos para ver, estoy viendo y audicionando muchas cosas. Ars Higiénica sigué en su tercer año, a sala llena; Territorio Plano de Bernardo Cappa; en septiembre va a reponerse Afuera, por pocas funciones.

NM. Así es. Nosotros el año pasado trabajamos de lunes a lunes, el único día que no había funciones era el martes, porque había clases. Los espectáculos funcionaron fantástico y en horarios fuera de los habitual. Es difícil que los elencos lo entiendan, tienen un poco de miedo, pero en realidad cambiaron los tiempos en que la gente ve teatro. Hay un público para trabajar.


CT. ¿Cuál es tu criterio para seleccionar los espectáculos?

NM. Me gusta mucho la dramaturgia del actor, como Ars Higiénica o Territorio Plano y me gusta mucho poder dar escenario a gente joven, como el caso de Javier Palomino Inés Saavedra. Pero fundamentalmente, para elegir, me guío por los grupos humanos, si tengo que decidir entre un proyecto u otro, prima las ganas de laburar que tiene el grupo.


CT. ¿Tu sala se sostiene con subsidios?

NM. Se sostiene con milagros. Yo no tengo subsidios. En relación al del Instituto Nacional de Teatro, por una cuestión ideológica, el último lo devolví.


CT. ¿Por qué lo devolviste?

NM. En su momento, Rubens Correa, había hecho una recateagorización de salas que era absolutamente absurda, con la que no estuve de acuerdo ideológicamente, porque se caía en “recibe más el que más tiene”, esto es contradictorio con lo que es el teatro independiente. Otra de las cosas que se tenía en cuenta era la repercusión en la prensa de las salas. Sabemos perfectamente que para que haya prensa es necesario que los grupos tengan plata para pagar agentes de prensa, era una locura. No estaba de acuerdo con todo esto, por lo tanto no puedo recibir algo que no estoy de acuerdo con los métodos por los cuales se otorgan.