PRENSA - EL ALIENTO
Abasto
Dando aliento al Aliento
por Marcelo Saltal
Junio 2006

COMENTARIO TEATRAL

Un grupo de actores con su correspondiente director más algún asistente, todos de nacionalidad rusa han venido a filmar a Buenos Aires una película en coproducción con la Argentina. Esta excusa le bastó a Bernardo Cappa y el elenco que realiza El Aliento para pergeñar esta desopilante historia. El proceso de gestación de la obra fue una creación colectiva. Pero volviendo al argumento de esta ficción tenemos, además, de la "sección rusa" que está embarcada en este proyecto cinematográfico a los argentinos los que, también, son tan especiales, por llamarlos de alguna forma, como sus pares europeos. Así, del lado argento, tenemos al productor, a su novia que es, además, la guionista del libro, el camarógrafo, unas asistentes y, obviamente, el elenco el cual está conformado desde la actriz super-histérica (en este caso, hasta llegar casi al paroxismo), el viejo actor experimentado y una señora grande que trabaja de actriz por el solo hecho de ser la madre del productor argentino y, por último, también hay un remisero que desempeña un rol importante.

Sólo un par de viejas butacas de cine y un proyector que emite imágenes generó en la sala todo el clímax de que uno se encontraba en una sala cinematográfica y los tachos de luz (sí, de esos clásicos que se usan para iluminar en teatro) fueron utilizados de forma tal que sabían provocar la impresión de que uno, de la misma forma, que parte del elenco que presenciaba esas secuencias está delante de alguna filmación. Esto es un logro del director de este espectáculo el cual supo con tan pocos recursos técnicos generar tales sensaciones.

El Aliento como espectáculo tiene muchos aciertos, tales como ese efecto de distancia cuando apenas comienza el espectáculo y uno se encuentra con que un grupo de personas hablan en otro idioma que no es el castellano y del cual no se entiende un catzo (intuimos, luego, que hablarán en ruso). También, hay que destacar como a través de esta anécdota ficcional Cappa y estos actores se ríen (y con razón en más de una vez) de toda la fauna que suele formar el mundo de la "farandula". Así aparecen ciertos de lugares comunes desde los histeriqueos de una filmación hasta el temor de una persona que no es del palo a ser abusada sexualmente y más aún si nos separan tantas barreras culturales al pertenecer a una nación tan distinta como lo es Rusia de la Argentina. También aparecen en este muestrario de lugares comunes desde arrebatos de grandeza de algunos hasta la cruda realidad colándose, porque no hay para pagarle ni al remisero. Y todo esto mostrado con un humor más que punzante.
Disfrutará de un muy buen espectáculo teatral, inteligente y divertido.