PRENSA - ESPLENDOR
Revista Ñ
Hollywood en el Abasto
por IVANNA SOTO
07/03/16

Natalie Wood es oriunda de Lomas de Zamora y Cristopher Walken, de Burzaco. En esa contradicción prosódica se concentra Esplendor, que parte de la anécdota real de la última noche de Wood y teje lazos imaginarios allí donde no hay certezas. La actriz (Valeria Lois) y su marido, Robert Wagner (Patricio Aramburu), su hermana Lana (Moro Anghileri) y Walken (Eddy García) están en Splendor, el yate donde Wood murió ahogada. En el río revuelto de Tigre, se mezcla entonces el glamour con la tosquedad. El híbrido, ya de por sí hilarante, activa referencias antagónicas y realza aún más los mundos. Hollywood no queda entonces tan lejos de nuestros suburbios y vemos que todo está teñido por la misma decadencia.Tanto a Loza como a Tarrío, el cruce entre el mundo del cine y el teatro les es afín. Y en la puesta, Tarrío se apropia de las palabras del dramaturgo y las vuelve parte de su estética, tan particular, que logra ensamblar con naturalidad materiales contrapuestos. El dispositivo escenográfico de Gustavo Di Sarro abre más el juego y el espacio múltiple se renueva. Se trata de escaleras de distinta forma y tamaño donde los actores se trepan, cuelgan y saltan, con todas las variantes posibles. No hay límites concretos pero así y todo los movimientos unen y separan: la espuma es el mar, las escaleras son popas y proas, mar adentro; en sintonía con la luz, que evoca sol y altamar. Los nexos impiadosos y unilaterales entre los personajes van al ritmo de los cambios espaciales. El estrellato es un péndulo, la escalera se mueve. Wood cae. Y con ella, sus ojitos entrecerrados y su cadencia de ser superior. "Ahogada y feliz", dirá. Tal vez de eso se trate todo.

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