PRENSA - UNOS DOS
Diario Ámbito Financiero
“UnosDos”: FRAGMENTOS DE UN AMOR DEGRADADO
por Patricia Espinosa
14 de octubre de 2010

El amor es la más difícil de nuestras tareas, según Rainer Maria Rilke, «el trabajo para el cual todos los demás trabajos no son más que una preparación». Su principal enemigo es la rutina y la ausencia de un proyecto común. Y si a esto se le suma una situación económica precaria e inestable, ¿qué pareja puede resistir tanta adversidad?«UnosDos» muestra el proceso de disolución de una convivencia conyugal que ha ido degradándose por las dificultades cotidianas, los fracasos individuales y la intolerancia frente a las manías del otro (incluido un leve conato de infidelidad).Ambos carecen de estudios, pero «ella» (Carolina Tejeda, la celebrada actriz de «Harina») es la que exhibe mayor empuje y voluntad de progreso. Se la ve poner el alma en cada una de sus fallidas experiencias laborales (promotora de supermercado, artesana, vendedora de camas rebatibles, agente turística). A su lado José Mehrez (uno de los conflictuados poetas de «Absentha», también en el Teatro del Abasto) da vida a un partenaire poco solidario, de escasas ambiciones y sin ningún talento para los negocios. Gruñón y algo egoísta, «él» es de los que mascullan en lugar de expresar sus opiniones y tapan sus inseguridades echándole la culpa a quien tienen más cerca.Sus discursos en paralelo confluyen en un único relato con lo cual se crea la ilusión de que «ella» y «él» siguen compartiendo un mismo espacio. Pero, el tiempo y la distancia acentúan las diferencias y los reclamos. De aquel amor sólo queda una melodía algo cursi y el temor -revestido de ilusión- de que quizás algún día se cruzarán en la calle. No son más que fragmentos de una breve historia de amor entre gente muy sencilla que gracias al humor y a la ternura que transmiten despiertan en el público una rápida identificación. El trabajo de Tejeda realza notablemente las vivencias de la protagonista y es otra muestra más de la rica expresividad de esta actriz. Junto a ella, Mehrez se mueve en un segundo plano con una presencia más borrosa, quizás por exigencias de su rol. Es grato advertir que estos dos seres, comunes y corrientes, son capaces de encarnar ciertos universales del amor sin desbordes costumbristas.